Más que una manera de comunicar, la CNV en primer lugar, es una forma de ver la vida, una manera de ser que fomenta la presencia, el respeto, la colaboración, la creatividad, la eficiencia, la satisfacción, donde las necesidades de todxs cuentan.
La Comunicación Noviolenta se presenta como un modelo de comunicación vivo, que sirve de base para conectar con lo que observo, siento y necesito, y desde allí, me permite elaborar estrategias que me sirven para cuidarme. Del mismo modo, la CNV me invita a escuchar lo que l@s demás observan, sienten y necesitan, para reconocer lo que les anima, y de esta manera poder contribuir a hacer su vida más bella.
Es una herramienta simple y poderosa que fue desarrollada en los años 60 por Marshall Rosenberg, doctor en psicología clínica. Él Fundó el Centro para la Comunicación Noviolenta, donde formó a miles de personas y formadores que hoy en día comparten la CNV en 40 paises. Obró con sus colegas en entornos como carceles, colegios, servicios sociales, hospitales, empresas, comunidades religiosas, grupos políticos, zonas con conflictos armados, con la ilusión de que la esencia de la CNV se expanda al mundo entero para crear un cambio de paradigma, desde la cultura de la dominación hacia la cultura de la cooperación.

Qué me aporta
La Comunicación Noviolenta es una herramienta que promueve la conexión consigo mismo y con los demás. Más allá de lo que está “bien” o “mal” existe este lugar de encuentro donde las necesidades de todas las personas cuentan.
De este modo la CNV contribuye a:
– Vivir y construir un mundo en coherencia con nuestros valores y necesidades, que funcione para tod@s,
– Desarrollar nuestra inteligencia emocional,
– Enriquecer nuestra vida, conectando con lo humano en nosotros y en los demás,
– Crear relaciones personales empáticas y nutritivas, convivir, cooperar,
– Acompañar el desarrollo pleno de nuestras criaturas,
– Atender los conflictos, y verlos como una oportunidad para afinar la escucha mutua y la capacidad de cocrear
– Empoderarse, alejándose de los patrones de miedo, culpa, vergüenza, reproches, depresión,
– Sanar las heridas del pasado,
– Dar desde el corazon, vivir con gratitud,
– Vivir las etapas vitales desde la presencia.
